CRÍTICA.

Buenas noches little bodaks! Bienvenidos una semana más a la sección de retos, como ya sabéis cada semana cada componente del grupo desempeña un diferente rol, en mi caso esta semana soy la crítica y he decidido hacer una crítica sobre la película ROMA, la obra maestra del director mexicano  Alfonso Cuarón que llega a la plataforma digital Netflix el 14 de diciembre tras un estreno limitado en cines Verdi en Madrid y Barcelona.
En la película observamos :ausencia de banda sonora extradiegética, un crudo blanco y negro y una cámara testigo que bucea por una historia en la que se mezclan el drama íntimo y la tragedia social. Podría tratrarse de una cinta neorrealista italiana de finales de los años 40, pero es la película Roma, una rara avis en pleno siglo XXI que se va a convertir, por derecho propio, en la mejor película de 2018.
Alfonso Cuarón ha dirigido una verdadera obra maestra del cine: una de esas películas que ya no se hacen y en la que explora sus propias vivencias realizando en sus palabras una "oda al matriarcado". Dice haberse valido de sus experiencias de niño para rendir homenaje, de alguna forma, a las mujeres que lo criaron.
 En cuanto a la película nos situamos en los años 70 en la colonia Roma, ubicada cerca del centro de la ciudad, en Ciudad de México, donde vive una familia de la alta burguesía formada por la señora Sofía (Marina de Tavira), su marido médico y sus cuatro hijos. En la casa trabaja Cleo (Yalitzia Aparicio), una joven criada indígena que junto con Adela (Nancy García) son las principales responsables del cuidado de los cuatro niños de la casa, del orden y la limpieza.
Cleo es la espina dorsal de una familia que atraviesa dificultades cuando se deteriora la relación de sus patrones y ella misma se ve envuelta en problemas que la ponen a prueba.
Hay un momento durante el visionado de la película Roma en el que te arrasa por completo y el que te das cuenta de que te has olvidado de que hay una cámara guiándote por el relato: tal es la fuerza de la realización del director mexicano que también es el autor del libreto y el responsable de la fotografía, dos de los apartados más sobresalientes que se pueden señalar.
Es fácil deleitarse con la estética de la película en Netflix, puesto que hasta el plano que puede parecer más nimio es relevante para el desarrollo de la historia. Es una de esas narraciones que poseen numerosas rimas internas y en las que hay situaciones que auguran lo que está por venir, llegándote esas impresiones de una forma totalmente natural y en absoluto artificiosa. No hay un pasaje triste apoyado en violines sino que todo te llega en crudo: "como la vida misma", si se quiere, de modo tal que empatizar con la protagonista es no solo inevitable, sino en extremo sencillo.

El director Alfonso Cuarón siempre ha apuntado muy alto y es casi imposible sacarse sus películas de la cabeza: Y tu mamá también, Hijos de los hombres o Gravity son tres de los títulos más fuertes que jalonan su carrera y se caracterizan por hacer un uso muy interesante del sonido, por una contundencia argumental solidísima y por conseguir sembrar en el espectador emociones muy fuertes.

Roma consigue todo lo anterior y mucho más: respira verdad en cada momento, te retrotrae en el tiempo de modo que parece que no obrara artificio para llegar hasta tus ojos y más aún, te llega al corazón de una manera brutal porque se cuece a fuego lento. Y va basculando, moviéndose en diferentes círculos: el de la familia, el que comparten las dos nanas, la intimidad de Cleo, y un plano más grande que concierne al momento social que están viviendo que por supuesto marcará el devenir de todos esos planos.
"Estamos solas, Cleo", dice Sofía a Cleo en un momento dado y eso es justamente lo que Cuarón quiere retratar: cómo, en ausencia de una presencia masculina, la vida sigue y hay que salir adelante, rompiendo las apariencias de falsa felicidad, minimizando el impacto de ese vacío en la vida de los niños y trabajando día tras día por no romper el vínculo que los une.

La interpretación de Yalitzia Aparicio trasciende el relato, por cierto. La actriz debuta con esta película y lo hace de una manera inolvidable con un papel que le va a dar muchas alegrías. De hecho, era maestra en Oaxaca y no se dedicaba a la interpretación antes de esta cinta, ni siquiera conocía el trabajo de Cuarón antes de embarcarse en esta aventura. Habla mixteco, dialecto que puede escucharse en varios momentos en Roma, y ha dicho haberse interesado en la película con la finalidad de darle visibilidad a su lenguaje, identidad y cultura.

Roma supone un antes y un después para Netflix: nunca antes había contado con una película de este calibre y su estreno limitado en cines Verdi de Madrid y Barcelona, que han estado a rebosar desde que se estrenara el 5 de diciembre, confirman que el interés de la audiencia es obvio. Dicho lo cual, a la plataforma puede reportarle más beneficio como impronta de valor y prestigio que como pelotazo instantáneo. Nuestro consejo: vedla, saboreadla, dejad que os arrastre y a ver hasta dónde os lleva. La experiencia nos dice que indefectiblemente es un dardo directo al corazón.

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